sábado, marzo 28, 2009

Apagamos la luz para iluminar la consciencia

Apagamos la luz en familia por más de una hora durante la Hora de la Tierra. Primero salimos a caminar; pero hacía mucho frío y ningún vecino apagó, por lo que afuera no estábamos teniendo la experiencia de estar sin luz.
Regresamos a la casa y nos sentamos a la mesa con una vela al centro. Conversamos primero sobre la importancia de generar más consciencia sobre aprender a vivir de manera sostenible. Mi esposa sugirió que tuviésemos la experiencia de conversar sin luz durante una hora una vez a la semana. Mi hijo pre-adolescente respondió: "ni de locos".
Pero poco a poco, entre las penumbras y el ambiente callado, se fue dando una magia de cercanía. Mi hijo me preguntó sobre mis experiencias de vida infantil y juvenil y se interesó mucho. Tuvimos una experiencia muy cercana y personal. De hecho continuamos durante más tiempo que la hora prevista.

Le pregunté a mi hijo qué escribir aquí en el blog y me dijo conmovido: "que tu hijo se acercó más a ti y tú a él".
No sé si haremos de esta práctica un hábito; pero me queda claro que una vida simple, sin el uso de muchos recursos, puede ser sumamente plena. Dicho al contrario: la vida llena de estímulos, que por cierto requiere de altos consumos de energía, puede ser muy enajenante y poco satisfactoria.
Por otro lado, mi hija se sintió muy frustrada al no lograr que su grupo de amigos decidiera apagar por una hora durante la reunión que estaban teniendo.
Me doy cuenta que sustraerse de los engatusadores persuasores que nuestra cultura tiene para llenarme de estímulos enajenantes es muy difícil. Recuerdo ahora la expresión dicha por una mujer de apellido Jung (supongo que pariente de Carl Jung) en el documental del disco “1 Giant Leap” (Un Salto Gigante): “se requiere de una gran disciplina para ser un espíritu libre”.
Desde luego que lo importante no es el ahorro ínfimo de kilowatts que logramos al bajar el interruptor de la casa durante una hora; sino el movimiento en la consciencia que realizamos.
Tengo que seguir trabajando de adentro hacia afuera, en el desarrollo personal, para apuntalar un estilo de vida sostenible.

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