Queridos alumnos. Qué honor el dirigirles unas palabras y que gusto hacerlo cuando mi hijo está entre ustedes.
Para muchos de nosotros, sus padres, el acompañarlos en su proceso de desarrollo personal es la tarea más importante de nuestras vidas.
El momento de vida en que nos encontramos la mayoría de sus padres es en varios sentidos opuesto al de ustedes. Nos corresponde ahora, alrededor de la mitad de la vida, el disolver nuestro ego, el aprender que realmente no importamos y diluirnos frente al mundo y los demás. No es una tarea fácil y algunos nos tardamos más que otros en lograrlo a través de una lucha personal.
Por el contrario, a ustedes les corresponde en esta etapa de su vida el hacer crecer su persona e individualidad, el diferenciarse de los demás, el descubrirse como una persona única e irrepetible. Esta también es una tarea muy difícil, que empieza con la adolescencia.
Los estudios contemporáneos en neurociencia indican que las grandes transformaciones que ocurren en el cerebro en esta etapa de la vida se alargan más allá de lo que se creía previamente, bien adentrado en la década de los veintes, por lo que ahora se considera que la adolescencia, neurológicamente hablando, se extiende hasta los 25 o 26 años.
En su libro “Brainstorm”, Daniel Siegel señala que la adolescencia es un periodo de intenso desarrollo personal en el que su cerebro está experimentando importantes transformaciones.
Entre los mitos de la adolescencia está el creer que simplemente es un periodo de inmadurez y que se pasará con el tiempo; como si fuese una enfermedad. Por el contrario, es un importante y esencial periodo de profunda transformación y crecimiento personal en el que se cultivan cuatro capacidades cuyos nombres conforman la sigla ESCENCIA: 1) el Encuentro Socioafectivo, 2) la Chispa Emocional, 3) la Novedad Creativa y 4) la Inspiración Amplificada.
Son actitudes y habilidades tan importantes que este periodo debiera llamarse adultescencia; porque son capacidades escenciales para la adultez. De hecho, el adulto que pierde estas cualidades cultivadas en la adolescencia es un adulto apagado, sin chispa ni inspiración profunda. Nosotros, los adultos, tenemos que seguir aprendiendo mucho de ustedes y contagiarnos de estas cualidades.
Otro mito de la adolescencia es que este es un periodo para reventarse, para probar de todo, para ponerse en los límites. Oigo decir “¿si no es ahora, cuándo?” Pues nunca. Con esa mentalidad fácilmente te puedes poner en rutas de auto-destrucción de las que difícilmente se salen.
Por el contrario, este es un periodo para hacerte crecer intensamente sumergiéndote, sí en experiencias; pero experiencias entusiasmantes y retadoras, que te nutran y te permitan construir tu persona plena en todas tus facetas. De ahí que sea muy importante que en este periodo de tu vida te sumerjas en vivencias que te ayuden a esta construcción, actividades que te lleven a pensar, conocer, imaginar, soñar, innovar, explorar, construir, conocerte, descubrirte.
Ahora al graduarte de preparatoria, enfrentarás plenamente los dos retos existenciales más importantes del periodo de la juventud: 1) descubrir cuál es tu misión en la vida y 2) aprender a vivir en intimidad con el otro.
Hablando del primer reto, ahora al graduarse de preparatoria, nosotros, su grupo social, los presionamos para que elijan una carrera; pero les puedo decir que eso es lo menos importante. El asunto del propósito de la vida no tiene que ver con metas ni rumbos, sino con esencias. No es ¿adónde voy? Ni ¿qué camino he de seguir? Sino ¿cómo he de caminar?
Quienes somos creyentes nos podemos preguntar ¿para qué me puso Dios en esta Tierra justo en el Siglo XXI? Quienes no son creyentes se pueden preguntar ¿qué propósito profundo le quiero dar a esta mi vida?
No hay que elegir carrera por un cálculo de posibilidades, de ingresos y beneficios. La pregunta ¿de qué voy a vivir? no es relevante. La pregunta importante es ¿cómo voy a vivir? Con pasión, con energía, con sueños, con vida, creando, generando posibilidades.
Hay que estudiar, desde luego, esta es la etapa para hacerlo, para retar a nuestro cerebro y a nuestro organismo de manera global; pero hay que estudiar aquello que te apasione mucho.
No se espera que este reto lo resuelvas ahora, sino dentro de los siguientes 5 o 6 años.
A mí no me resultó fácil responderlo. Intenté muchos caminos. Estudié ingeniería cuatro años y era buen estudiante; pero tuve que seguir buscando. Me convertí en psicólogo, dirigí negocios y exploré mucho hasta que descubrí que mi vocación es el ser un facilitador del crecimiento. Lo descubrí en la vida y caminando y el Tec me ha permitido realizarlo a plenitud a través de la docencia. Algunos pueden descubrir más rápido su propósito de vida y otros se mueren sin saberlo, sencillamente porque se conforman o se cansan de buscar.
Pero el sentido de la vida, la vocación, la misión personal, lo que me realiza plenamente no se descubre meditando sentado a la vera del camino, se descubre, sí meditando; pero activamente, andando, caminando, probando. Si no sabes ahora qué estudiar, simplemente estudia algo, lo que ahora te de sentido, y luego irás afinando en el camino. No te sientes a esperar a que te llegue la iluminación; ilumínate en la acción.
El segundo reto para esta etapa de tu vida, el aprender a vivir en intimidad con el otro, es de acuerdo al psicólogo Erick Erickson una tarea vital. Vivir en intimidad no se refiere al sexo, sino al establecimiento de relaciones profundas y significativas con el otro, el aprender a abrirse al contacto emocional con el otro, aprender a ser vulnerable y a ser más persona en el encuentro íntimo con los demás.
Erickson daba de plazo para aprender esta tarea vital hasta los 30 años. Así que las relaciones profundas de amistad que ahora estableces con tus amigos y las relaciones de noviazgo son actividades tan importantes como el estudiar una carrera.
A veces veo a algunos de mis alumnos que se brincan mi clase porque se quedaron en el pasillo discutiendo con su pareja. De momento me da coraje porque le pongo mucha pasión a preparar mi clase; pero luego me digo a mí mismo que eso que está ocurriendo en el pasillo es mucho más importante que los diagramas sistémicos y cálculos que los pongo a hacer. De todas maneras le pongo su falta.
Ya aprenderán mi materia cuando la necesiten; pero el asunto de la convivencia en intimidad, requiere de muchísima práctica y del desarrollo de actitudes difíciles de cultivar tales como la empatía, la asertividad, el conocimiento de mí mismo, el saber ser vulnerable. Erich Fromm dedicó un libro al tema y decía que el arte de amar requiere una intensa disciplina y trabajo para dominarlo.
Mi último punto es que ahora al terminar la prepa puedes seguir muchos caminos para desarrollar estas dos tareas. Hemos tenido mi hijo y yo una conversación respecto a que si él va a ser emprendedor, por qué no ir directo a hacer empresa en vez de ir a la universidad. Al fin, ¿no hay tantos ejemplos de personas exitosas tales como Steve Jobs y Bill Gates que así lo hicieron? Habrá que hacer una clarificación, la mayoría de estos famosos sí fueron a la universidad, aunque no se graduaron, y fue justo en ese entorno en el que crearon sus empresas; y muchísimos otros, como Larry Page y Sergey Brin, fundadores de Google, descubrieron la oportunidad estudiando la maestría o el doctorado.
En lo personal estoy convencido que la universidad es un espacio ideal, un laboratorio de vida diseñado específicamente para formarte como persona. Y es que no se trata de estudiar una carrera, se trata de estar en un espacio enriquecido para desarrollarte como persona.
Durante tu formación profesional encuentras una diversidad de experiencias que van desde oportunidades de emprendedurismo, de formación profunda en áreas profesionales, de experimentar en diversas prácticas empresariales e institucionales, de participar en dinámicos grupos estudiantiles, de vivir retos en el extranjero aprendiendo a vivir en la globalidad, de participar en compañías de teatro, de crecer en grupos deportivos, y muchas más. Y todo esto teniendo un coaching personal de profesores y directores de carrera de tal manera que puedes aprender más rápido que haciéndolo por cuenta propia.
Pero sea cual sea el entorno en que decidas estar, considera que tus maestros en la Prepa seguimos aquí listos para apoyarte cuando lo requieras, que esta es la casa a la que puedes volver a cargar pilas, y que tus padres estamos para apoyarte y acompañarte en tu camino.
En las buenas y en las malas, cuenta con nosotros. Que Dios te bendiga en tu camino.