lunes, junio 02, 2008

Efecto de los estilos de liderazgo

De manera semejante a como en el video adjunto se narra el experimento que realizaron Lewin y sus colegas, nosotros aplicamos la técnica de grupo llamada “Astilleros”. Ésta es una variante de “Icosaedros” de Alejandro Acevedo (Aprender Jugando, 1999).



En “Astilleros” dividimos al grupo al azar en equipos de 4 o 5 personas. Cada equipo tiene un gerente asignado y la tarea es fabricar barcos de papel en varios ciclos
de producción. Los gerentes son adiestrados previamente sin conocimiento del grupo para desempeñarse de acuerdo a tres estilos de liderazgo: autocrático, permisivo y participativo:

  • - El gerente autocrático es firme, dirige verticalmente el trabajo, ordena qué hacer y no pide opiniones.
  • - El gerente permisivo no se involucra en la dirección del grupo y se preocupa exclusivamente por el bienestar de las personas.
  • - El gerente participativo se interesa en hacer que el grupo realice la tarea considerando los puntos de vista de la gente.
Después de varios años de aplicar la técnica lo mismo en ambientes de capacitación empresarial que en programas educativos de maestría y licenciatura los resultados tienen a ser los siguientes:

  • - Los equipos dirigidos autocráticamente producen mucho pero muy poca de su producción cumple con los indicadores de calidad por lo que terminan con pérdidas.

  • - Los equipos dirigidos permisivamente no logran integrarse ni organizase cabalmente por lo que producen muy poco y también terminan con pérdidas.

  • - Los equipos dirigidos participativamente producen poco durante las primeras etapas para después aumentar la producción, logrando utilidades con producción de calidad.

Lo interesante, como se señala en el video, es que los resultados no dependen de quiénes son las personas que operan como obreros o gerentes, sino de la estructura de dirección establecida en cada caso.

Resultados como estos ayudan a romper los mitos del liderazgo. El liderazgo eficaz no depende de las características de las personas sino de la dinámica que se da entre el grupo y el dirigente. La investigación doctoral del Dr. Enrique Cárdenas dio luz sobre el asunto al estudiar al liderazgo como un fenómeno relacional entre dos partes líder-seguidor y no como una cuestión monopolar que pierde de vista, no sólo la mitad de la ecuación, sino la relación misma, la cual determina el fenómeno.

No es de extrañar que un equipo que funciona bajo un esquema participativo genere los mejores resultados ya que este sistema incorpora los comportamientos más complejos. Los otros dos sistemas son bastante más simples y requieren de mucho menos habilidades y talento.


Otro aspecto interesante surgido de la aplicación de la técnica “Astilleros” es que a lo largo de los años hemos podido notar que de manera recurrente los equipos dirigidos autocráticamente tienen expresiones de rebelión, lo cual es de esperarse, y de corrupción, lo cual es inesperado. Estos equipos frecuentemente insisten que se pasen por alto los requerimientos de calidad o, en tono de broma, que se acepte un soborno para aceptar los productos defectuosos.


La pregunta de investigación que ha surgido es si los sistemas autocráticos de manera inherente promueven la corrupción. La evidencia parece indicar que sí. Por ejemplo, en las empresas y grupos dirigidos de esta manera espontáneamente se generan comportamientos de simulación para agradar a la autoridad y mecanismos para alcanzar metas e indicadores al costo que sea. En otro ejemplo, los sistemas de regímenes totalitarios generan una corrupción generalizada.


De manera preliminar, para explorar más aún la hipótesis, realizamos un estudio determinando la relación entre el grado de democratización de los países y el nivel de corrupción imperante. Utilizamos datos del Índice de Percepción de Corrupción (Corruption Perceptions Index 2006) publicado por Transparency International y del Índice de Democracia (Democracy Index 2007) elaborado por The Economist para 156 países. Encontramos en este estudio una alta relación (r = 0.67, coeficiente considerado alto en ciencias sociales) indicando que entre más autocrático es el régimen de los diversos países mayores son sus niveles de corrupción.


Desde luego que hace falta mayor investigación; pero la evidencia hasta le fecha apuntan hacia la existencia de una relación estructural entre el sistema de dirección y la honradez de su funcionamiento.

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