Bill Gates ha cumplido la promesa que hiciera hace dos años de dejar su puesto en Microsoft y dedicarse de lleno a la conducción de la fundación de beneficiencia que formó con su esposa.
Bill Gates fue muchas veces presentado como un avaro y despiadado capitalista y hasta se le llegó a considerar el anticristo.
Muy por el contrario, los últimos años nos ha dado muestra de ser un hombre muy sensible y humano. No sólo ha realizado en años recientes uno de los más grandes donativos a causas benéficas de la historia sino que ha sabido retirarse de la conducción de la empresa que co-fundó. Ya hace ocho años que Microsoft es dirigida por Steve Balmer, el segundo mayor accionista de la empresa, y que Gates se encargaba de conducir los desarrollos técnicos. Se necesita un gran crecimiento personal para saber ocupar el lugar que mejor contribuye al desarrollo de una empresa, aunque se sea el accionista mayoritario de la misma, y para orientar los esfuerzos personales en la dirección de la propia vocación.
Ni duda cabe que el Sr. Gates ha dado muestras de una gran capacidad de liderazgo personal. Le felicitamos por su testimonio y le deseamos el mayor de los éxitos en la nueva batalla que ahora emprende promoviendo la educación de niños y el desarrollo de investigaciones médicas, donde con seguridad su enorme talento dará frutos del orden que generó en Microsoft.
Bill Gates fue muchas veces presentado como un avaro y despiadado capitalista y hasta se le llegó a considerar el anticristo.
Muy por el contrario, los últimos años nos ha dado muestra de ser un hombre muy sensible y humano. No sólo ha realizado en años recientes uno de los más grandes donativos a causas benéficas de la historia sino que ha sabido retirarse de la conducción de la empresa que co-fundó. Ya hace ocho años que Microsoft es dirigida por Steve Balmer, el segundo mayor accionista de la empresa, y que Gates se encargaba de conducir los desarrollos técnicos. Se necesita un gran crecimiento personal para saber ocupar el lugar que mejor contribuye al desarrollo de una empresa, aunque se sea el accionista mayoritario de la misma, y para orientar los esfuerzos personales en la dirección de la propia vocación.
Ni duda cabe que el Sr. Gates ha dado muestras de una gran capacidad de liderazgo personal. Le felicitamos por su testimonio y le deseamos el mayor de los éxitos en la nueva batalla que ahora emprende promoviendo la educación de niños y el desarrollo de investigaciones médicas, donde con seguridad su enorme talento dará frutos del orden que generó en Microsoft.
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