viernes, marzo 27, 2009

Kiva: Filantropía en-línea

He descubierto a Kiva, una organización sin fines de lucro que relaciona a emprendedores pobres con gente que desea financiarlos.
Kiva te permite prestar desde $25.00 dólares eligiendo de manera personal a quién prestarle, lo mismo a un panadero en Afganistán, a un pastor de cabras en Uganda, a un campesino en Perú, a un restaurantero en Camboya que a un sastre en Irán. Conforme los emprendedores van pagando el préstamo, vas recibiendo tu dinero de vuelta.

Realmente es una idea genial. Y lo que es tremendamente esperanzador es que actualmente hay mucha más gente deseando aportar que proyectos requiriendo apoyo.
Esto me lleva a reflexionar que nuestra vida en convivencia tiene mucho más esperanza que lo que los medios nos hacen creer. Parafrasenado a mi amigo Luis Gasca: "se dice que el mundo está en crisis, nosotros hemos decidido no sumarnos a ella". Deseo ser parte de las soluciones, no de los problemas, manteniendo lo que Immanuel Wallerstein sugiere: un optimismo moderado.
Según datos de Kiva de este momento, en la semana lograron $1,246,850.00 de dólares prestados.
Decidí formar el grupo de apoyo Tec de Monterrey (la institución querida en la que he trabajado por más de 25 años y que en los últimos años ha realizado enormes esfuerzos por apoyar el emprendimiento social) para que aportemos quienes sintamos algún tipo de afiliación emocional con esta universidad. Si decides afiliarte a Kiva, puedes escoger que tu préstamo se tome como parte del grupo; aunque el préstamo sigue siendo tuyo y los pagos regresarán a ti.
Hay quien me ha preguntado cómo sé que todo es real y que no hay alguien atrás realizando un gran fraude. La verdad no lo sé. Estoy confiando calculadamente, siguiendo una lección de mi abuelo.
Él fue una persona sumamente dura por lo que al verlo un día darle dinero a una señora que le pidió ayuda en la calle porque tenía una emergencia con su hijo enfermo le pregunté que si no temía ser engañado. Me respondió que prefería equivocarse al ayudar a alguien que no lo merecía que dejar de ayudar a alguien cuando sí lo necesitaba.

Las personas que he decidio apoyar ahora son Maria Del Carmen Sanchez Rangel (Foto 1: vende gorditas en México) y Restituta Jara (Foto 2: tiene una tienda en Paraguay)

No hay comentarios.: