El potencial de la semilla se despliega bajo condiciones adecuadas.
El verdadero empowerment tiene que ver con la dinamización de los procesos naturales de desarrollo y crecimiento de las personas.
El empowerment no se puede forzar ni violentar, sólo se puede promover y cultivar.
El empowerment poco tiene que ver con el poder. No es posible empoderar a nadie, porque las fuerzas profundas de desarrollo en el individuo no provienen del exterior sino del interior. A la semilla y a la planta el jardinero no las empodera ni las faculta: El jardinero potencia el desarrollo inherente de la planta brindando las condiciones necesarias para la vida.
La potenciación es un proceso motivacional intrínseco y no un fenómeno de poder y control externo.
Los procesos terapéuticos que promueven los cambios más profundos y duraderos en los individuos requieren de un entorno que facilite el crecimiento. En términos de Carl Rogers este entorno tiene tres condiciones necesarias y suficientes: aceptación positiva incondicional, comprensión empática y congruencia.
La potenciación de la planta ocurre cuando el ambiente es el adecuado en términos de temperatura, humedad, nutrientes y otras condiciones del entorno.
El deseo de controlar en extremo el desarrollo de un naranjo genera bonitos y pequeños bonsais de hornato. Un naranjo en plenitud que genere frutos en abundancia requiere de mucho soporte ambiental.
Para que las personas, los grupos y las organizaciones generen frutos en abundancia requieren mucho trabajo de jardinería; de mucho coaching, apoyo y libertad.
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