El príncipe heredero del lejano reino de Nordoña se enamoró perdidamente de la belleza de la princesa de Liberta. Floreció entre ellos el amor y se casaron el mismo día que se hizo rey. Gobernaron con sabiduría, procrearon hijos justos y su pueblo los amaba y respetaba.
Con el paso de los años, el Rey vio con tristeza que la belleza de la reina se perdía. Su corazón se fue llenando de pesadumbre. En todo el pueblo había cierta desolación.
Un día, de paso por el reino, un hada viajera se compadeció del Rey y conjuró un hechizo para limpiarle la vista.
El Rey de pronto vio en su esposa madura una gran belleza y se enamoró de ella profundamente.
La gente en el reino comentaba la hermosura de su reina: "¿qué se hizo?".
En el pueblo hubo un ambiente renovado de plenitud y alegría.
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