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lunes, julio 11, 2011

Facundo Cabral: iluminando el camino


"Yo me puedo morir feliz porque yo le dejé una canción al mundo", declaraba Facundo Cabral. Ahora, después de su muerte estúpida, en un asalto o balacera, llorando acudo aquí a atestiguar que aquel joven de diecinueve, que se decía "en búsqueda" tiene mucho que agradecerle. Ahora, treinta y cinco años después, y gracias a Dios, aún en búsqueda, sigo haciendo mías las coplas que dicen "no soy de aquí, ni soy de allá; no tengo edad ni porvenir; y ser feliz es mi color de identidad".
Por aquel entonces era mucho más revolucionario y apasionado que hoy por lo que vibraba profundamente también con los versos de "pobrecito mi patrón; piensa que el pobre soy yo". Y vaya que desde entonces he tenido cualquier cantidad de patrones que por desgracia vivían en las mayores de la miserias.
Escapar de los dulces cantos de sirenas voluptuosas que me tientan con las promesas de una vida de felicidad inmensa gracias a las riquezas y a los productos de la sociedad de consumo no ha sido fácil; pero ahí ha estado siempre el canto de Facundo para recordarme lo que de verdad importa.
Decía que hay cuidarse de los pendejos; pero creo que el pendejo de mayor cuidado lo llevo dentro.
Tan sólo tuve que salir un poquito para darme cuenta que todo nacionalismo no es más que una gran ignorancia. He tenido por amigos lo mismo a asesinos que a hombres buenos, a gringos y a indígenas, a gente de poder y autoridad y a pobres, a felices e infelices y en todos he encontrado la misma esencia: la necesidad de amar y ser amados.
Y al final esa es mi esencia.
Hoy es tiempo de cantarle al trovador que más cerca ha estado de mi búsqueda. Gracias Facundo por mantener con tu canto, ahora eterno, la linterna alumbrando lo que verdaderamente importa.

lunes, agosto 04, 2008

Un nuevo semestre

Hoy inicié un nuevo semestre en el Tec. Es el número 52. Como siempre generé mucho estrés los días anteriores pensando en cómo serían mis grupos y qué tipo de alumnos recibiría. En este momento me siento muy complacido y pleno. Me encontré con un sinnúmero de rostros jóvenes y almas despiertas. Me queda en este momento la sensación de sus miradas curiosas y atentas a todo lo que decía. Siento un gran compromiso. Es un gran privilegio el poder contribuir a la formación de la juventud.

lunes, mayo 05, 2008

Gárgola y Enrique Cárdenas



Gárgola[1]

Hoy quise escribir y realmente estoy reviviendo mi pseudónimo que de aquí en adelante utilizaré cuando escriba: “Gárgola”. El por qué de éste es sencillo de explicar – aún cuando les presento una breve explicación según wikipedia de su significado más adelante. -.
En la era del oscurantismo “renacen” de la mitología probablemente griega “Criatura mitológica con cuerpo de león, cabeza y alas de águila, orejas de caballo y crestas con aletas de pez” y que incluso, se remonta más allá hasta Babilonia y el oriente. Estamos en una época renacentista, si no miren a su alrededor con la información y la fluidez de su comunicación y; he escogido este símbolo por que representa para mí la lucha contra aquellos quienes todavía desean estar en la edad media. Mi lucha por servir, ayudar, tratar de comprender y aprender juntos, de dialogar y llegar a nuevos pensamientos, acciones y apoyos a toda nuestra sociedad pero principalmente a la Iberoamericana y obvio ¡Ahuyentar a los demonios del oscurantismo!

Fuente: Wikipedia
Gárgola (mitología)
De Wikipedia, la enciclopedia libre
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“Gárgola (Galerie des Chimières, Nôtre-Dame, París)
Gárgola (< francés gargouille > gargouiller ['producir un ruido semejante al de un líquido en un tubo'] < latín gargărīzo < griego γαργαρίζω ['hacer gárgaras']) Ser imaginario, representado generalmente en piedra, que posee características a menudo grotescas.
Descripción [editar]
El origen de las gárgolas se remonta a la Edad Media y se relaciona con el auge de los bestiarios y los tormentos del infierno. Cierto es también que la imaginación de los artistas medievales estaba abonada por mitos aun más antiguos. De hecho, las primeras gárgolas fueron bautizadas con el nombre de 'grifos', evidenciando así su raigambre clásica. No obstante, la iconografía gargólica no se limitaba a la mera representación de grifos, sino que plasmaba, además, otros seres fabulosos que podían tomar la forma de animales, seres humanos o una mezcla de ambos; pero siempre representados de manera más o menos monstruosa. las gárgolas se relacionan con el arte que son las que no permitieron el paso de los brahmanes al rio... Las gárgolas, por otra parte, cumplían tres funciones básicas, a saber:
Desaguar los tejados [ver gárgola (arquitectura)].
Decorar dichos desagües buscando, por tanto, una finalidad estética.
Ahuyentar a brujas, demonios y otros espíritus del mal [ver perros de Fu].
Dentro de la especie de las gárgolas, existirían dos subespecies especiales:
Márgola: Es una gárgola marina, que habita en cuevas submarinas. Sus principales enemigos son los elfos marinos, sirenas...
Kapoacinth: Son gárgolas verdaderamente feas, con la piel muy parecida a la piedra, de hecho, es bastante difícil distinguirlas de las demás rocas. Tienen garras muy poderosas que utilizan en sus ataques.

Su presencia en la cultura popular
Descripción: Las gárgolas son monstruos mágicos muy feroces y de aspecto siniestro. Estas criaturas voladoras tienen alas de murciélago, los ojos incandescentes, unos pequeños cuernos y la piel dura. Originariamente, las gárgolas eran desagües esculpidos con formas de animales, a los que un mago dio vida. No necesitan ni comer ni beber, así que cuando atacan lo hacen por el simple hecho de hacer daño.
Habitan en cualquier zona subterránea, donde acumulan los tesoros de sus víctimas. Es típico encontrarlas entre ruinas o cavernas.
Pueden atacar por sorpresa; permanecen inmóviles como estatuas hasta que su víctima está lo suficientemente cerca. Realizan entonces un ataque sorpresa para desconcertar al enemigo. Otra manera de atacar es en picado, esta forma la usan cuando se encuentran en movimiento y es tarde para el ataque sorpresa”.
Mi gárgola será buena muy buena, con coraje, con dignidad y sobre todo con los valores de integridad, honestidad, lucha constante, energía, velar por el desvalido, crecimiento intelectual, liderazgo, diálogo y sobre todo potenciación.
A continuación les muestro algunas imágenes de las gárgolas que he adoptado para ser mis compañeras de viaje, de escritura, de pensamiento y sobre todo de un dialogo que se enriquezca de sus comentarios:


La primera de ellas representa a una gárgola y a un grifo que miran desde lo alto de la catedral de Notre Dame a París, a sus pies; la segunda – el unicornio - es de la catedral de Barcelona y la tercera – un caballero - de la Sagrada Familia obra maestra inconclusa de Gaudí – arquitecto catalán -, a quien admiro mucho.
Mi intención de aquí en adelante es escribir un artículo diario acerca de lecturas en los temas que son de mi interés y espero de mi dominio: liderazgo relacional, potenciación, cambio organizacional, administración general, organizaciones de servicio, alta dirección, política y todo lo que tenga relación con comportamiento organizacional.
Gárgola se despide por hoy. Muy buen día a todos.
[1] Maestro de tiempo completo por el Tec de Monterrey Campus Toluca. ecardena@itesm.mx


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jueves, agosto 09, 2007

Discurso de 25 años del Campus Toluca

A petición de varios amigos transcribo el discurso que presenté en cena de gala con miembros distinguidos de la comunidad dentro de los festejos del 25 Aniversario del Campus Toluca del Tec de Monterrey el pasado Martes 7 de agosto de 2007.

Siendo tímido por naturaleza, la amable invitación que me hizo la Ing. Sandra Ortiz el día de ayer a decir unas palabras en este foro me generó tal cantidad de ansiedad que me pasé la noche en vela con la idea fija de “pero yo no tengo nada que decir”. Ya tenía suficiente con los tres nuevos cursos que empezaba el día de hoy, durante este inicio de semestre. Es mi semestre número 51 en el Tec y aún me siento nervioso antes de cada curso. Son los momentos en que me digo ¿y yo qué hago metido en esta profesión?
Ante mi desesperación, después de una noche de insomnio, amanecí el día de hoy con la cabeza vacía de ideas; por lo que recurrí al lugar que acudo cuando estoy muy desesperado después de que el consejo de Mónica mi esposa no me ha dado solución: la Biblia. Con toda ingenuidad, la angustia hace que se me olvide que en otras ocasiones cuando hago esto quedo más confundido. Y es que las respuestas que encuentro frecuentemente vienen en una forma que no me gusta.
Abriendo el libro sagrado al azar me encuentro con Eclesiásticos 42, que a la letra dice:
· De repetir lo que oyes decir y de revelar los secretos sabrás lo que es la verdadera delicadeza y hallarás el aprecio de todos los hombres.
· Pero no te avergüences, ni peques por miedo a lo que pensarán de ti. No te avergüences de la Ley del Altísimo, ni de condenar a los impíos.
· No te avergüences de contar con compañeros de viaje, de repartir tu herencia a tus amigos, de “comprobar balanzas y pesas, de conseguir provechos pequeños y grandes”, de obtener ganancias comerciales.
· No tengas vergüenza de corregir al insensato y al tonto. Entonces sabrás lo que es la verdadera educación.
¡Dios mío! Y yo que creía saber lo que es la verdadera educación y ahora estoy más confundido que antes. Además ¿quiénes son esos impíos y a qué ganancias comerciales se refiere?
He pues reflexionado el día de hoy sobre esos secretos que debo revelar y no he encontrado muchos; pero los pocos los diré repitiendo lo que he oído decir.
En estos 25 rápidos años de docencia el único secreto que puedo repetir ya lo había aprendido hace tiempo del pedagogo y psicoterapetua Carl Rogers quien dijo que no es posible enseñar nada importante a nadie; lo verdaderamente importante lo debe aprender cada quien por sí mismo. Esta creencia ha moldeado mi manera de aproximarme a la docencia desde siempre. Por ella me convertí en un abandero convencido del modelo educativo centrado en el aprendizaje que el Tec implementó hace años con el nombre de rediseño. Veo mi labor docente no como el ser un enseñante sino un facilitador del aprendizaje. Es así que he hecho mías las palabras de Jaime Sabines:
“No quiero convencer a nadie de nada. Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o de creer o de hacer lo que le de la gana. Yo quiero solo enseñar, dar a conocer, mostrar, no demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¿quién es quien para decir esto es así, si la historia de la humanidad no es mas que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?)
Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien he de ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni afligirse, ni pensar en la vejez, la enfermedad y la muerte de buda, no son mas que la muerte, y la muerte es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento.
Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, estimando, acariciando, soñando. (¡pero siempre se vive del mejor modo posible!) mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave.
Hasta aquí las palabras del poeta Chiapaneco.
He aprendido la importancia de respetar profundamente el proceso de cada persona; aunque ciertamente del estar convencido de ello al hacerlo realidad, hay una brecha que se convierte en una tarea de congruencia de cada día. Hay una naturaleza interna mía que desea imponer mi ego, torcer los caminos del otro. Aquí está el camino de la congruencia, que es eso, un camino, no un lugar al cual llegar. Me tropiezo todos los días; pero igual busco levantarme con la misma frecuencia.
Y ya que menciono la congruencia, recupero del pasaje Bíblico mencionado las palabras: “no te avergüences, ni peques por miedo a lo que pensarán de ti.” Es la lucha por ser impecable; es decir, sin pecado. ¡Pero qué difícil! El compromiso con la congruencia es grande cuando la profesión es la docencia; porque lo que digo y lo que hago tiene a veces repercusiones que ni imagino. Tomé conciencia de ello hace varios años a consecuencia de impartir una clase de física en prepa. Vino de una alumna a la que vi un día caminando por los pasillos de profesional varios años después de graduarse de preparatoria. No me acordaba de su nombre pero sí de su rostro y de sus circunstancias. Le pregunté qué hacía.
· Me dijo, “empezando mi carrera”.
· “¿Y por qué hasta ahora?”
· “Porque me casé, tuve un hija y hasta ahora puedo estudiar.”
· Ah, muy bien y qué estudias.
· Y volteó con sorpresa diciéndome “pues ingeniería, tú en tu clase de física me enseñaste lo importante que era eso”.
Oh, sorpresa, tantos alumnos a los que enseñé física y para entonces ya había cambiado yo de giro y estaba convencido de que las ciencias humanas eran la clave de todos los problemas de la humanidad.
¡Qué fuerte! Lo que hago y lo que no hago, lo que digo y lo que no digo, aquello con lo que me entusiasmo o no, tiene consecuencias en algunos otros. Desde entonces no me paso los semáforos ni aunque sean las 4:00 de la mañana; porque puede ser que un niño o alumno o mi hijo al verme crea que está bien y si eso está bien también los estarán la corrupción y tantas cosas más. Y viviremos todos en el cinismo y la incredulidad.
Otra parte del mensaje bíblico que puedo recuperar en relación a mi afiliación al Tec durante 25 años es el que se refiere al “contar con compañeros de viaje y de repartir tu herencia a tus amigos”. Vaya que he contado con amigos y compañeros de viaje entrañables: algunos colegas, otros directivos y varios exalumnos. Al no contar con riquezas materiales mi manera de agradecer es repartiendo mi herencia en forma de experiencias. Experiencias compartidas que nos llevan a generar una comunidad de aprendizaje conformado por un grupo vibrante que se enriquece día a día enriqueciendo a los demás.
Es para dar gracias y gracias y más gracias por la oportunidad de tocar vida al tiempo que la mía se va enriqueciendo enormemente. Son estos momentos cuando no tengo duda de lo que hago en esta profesión: bien vale la pena dominar la monstruo de la ansiedad.
De las mencionadas “ganancias comerciales” solo diré que hoy a medio día mi hijo Rodrigo, al verme nervioso preparando este mensaje me dijo: “Bueno, pero te van a pagar como cuando vas a dar tus cursos a Sudamérica”. Contuvimos la risa Mónica y yo y le dije “Ya he sido pagado, con creces, hijo”.
Finalmente, la última parte de Eclesiastés 42 decía “no sentir vergüenza de corregir al insensato y al tonto: entonces sabrás lo que es la verdadera educación”. Y aquí me quedo verdaderamente confundido: ¿qué es la verdadera educación? Aunque como dijo Jorge Luis Borges, “quizás los enigmas sean más importantes que las soluciones”.
Dejo abierto el cuestionamiento, para que lo conversemos después, y regreso al agradecimiento; desde luego al Dr. Roberto Rueda por su liderazgo y apoyo de tantos años, a la Ing. Sandra Ortiz y a la persona que de inicio creyó en mi, el fundador del Campus, el Ing. Carlos Cruz. Pero en este momento deseo dirigirme a un hombre ejemplar, cuya esencia impregna a nuestro campus y a quien hace un tiempo escribí una carta que ahora deseo compartir:
Quiero agradecerle profundamente el ser un hombre sensible, energético y emprendedor de tal manera que ha tenido la visión de transformar la comunidad en que vivimos, lo mismo creando fuentes de trabajo que generando instituciones para la promoción del ser humano.
Pero mi agradecimiento es particular. Gracias a su obra, específicamente la fundación del Tec de Monterrey en Toluca, encontré un lugar donde darle un sentido profundo a mi existencia en los momentos en que me cuestionaba de fondo cuál era mi vocación. Coincidió la fundación de esta obra trascendente, en 1982, con mi cuestionamiento personal. Desde aquel agosto y durante 45 semestres he tenido el privilegio de tocar almas y corazones ejerciendo la docencia.
Quiero también agradecerle el que usted, sin saberlo, me haya proveído de múltiples ejemplos para mis cátedras, tanto cuando abordo temas de liderazgo como cuando estudiamos teoría organizacional. Ahora sólo quiero rescatar una de tantas enseñanzas: no es común y se necesita una gran sabiduría y sensibilidad para que un líder logre transmitir sus cualidades y su obra a sus hijos. Haciendo caso de la Palabra de Jesús al decir “por sus frutos los conoceréis”, en sus hijos claramente lo re-conocemos a Usted.
Gracias por su obra, sus enseñanzas y por ser la persona que es; Don Eduardo Monroy Cárdenas.

jueves, septiembre 22, 2005

Mi huella ecológica

Fue una sorpresa encontrar que mi estilo de vida tiene un impacto ecológico tal que si todo mundo viviera así necesitaríamos cuatro planetas. Y eso que yo creía que mi estilo de vida era bastabte cuidado. Es una gran lección. Voy a platicar con mi familia este fin de semana para que hagamos algo al respecto. La reflexión vino a partir de una liga en la página de Greenpeace México (http://www.greenpeace.org/mexico) en la que se hace el cálculo de la huella ecológica personal. La liga es:
http://www.earthday.net/footprint/index.asp